La riqueza de Egipto en la antigüedad, no solamente se basaba en la agricultura, cuyos campos agrícolas se fertilizaban con el limo de las crecidas anuales del Nilo, sino también de una exportación importante que era el papiro, planta parecida a los juncos que crecía en las numerosas marismas del delta y que se usaba para fabricar material para escribir. Las minas egipcias de las montañas situadas a lo largo del mar Rojo (así como en la península del Sinaí) producían oro y cobre, y con este último metal se hacían artículos de bronce que también se exportaban.
Debido a la escasez de bosques, Egipto se veía obligado a importar madera de Fenicia, sobre todo cedros de las ciudades portuarias, como Tiro, donde se valoraba mucho el lino egipcio de colores variados. Los templos y monumentos egipcios se construían de granito y algunas piedras más blandas, como la roca caliza, que abundaba en las colinas que flanqueaban el valle del Nilo. Las casas corrientes, e incluso los palacios, se construían de adobe (el material que se usaba para la construcción de los edificios).
Las reformas agrícolas de 1952 y 1961 y la construcción de la
Egipto es predominantemente un país agrícola, pues alrededor de 40% de la fuerza laboral se dedican a los cultivos agrícolas o ganaderos. La economía de Egipto se socializó tras la promulgación de una serie de leyes a comienzos de 1961. El patrón de propiedad de la tierra fue muy alterado por el Decreto de Reforma Agraria de 1952, que limitaba las explotaciones individuales a unas 80 hectáreas, a cerca de 40 hectáreas.
Las tierras requisadas por el gobierno se distribuyeron entre los campesinos, pero sigue habiendo grandes diferencias económicas entre la clase media y los agricultores. Los programas gubernamentales han ampliado las zonas de cultivo mediante la regeneración, el regadío y la utilización de tecnología avanzada, como equipos mecanizados y fertilizantes químicos.
El rendimiento de las tierras agrícolas de Egipto está entre los más altos del mundo. Egipto es uno de los principales productores mundiales de productos básicos de algodón; la producción anual de fibra de algodón era de unas 300.000 toneladas métricas. El clima cálido y la abundancia de agua permiten hasta tres cosechas al año, dando abundantes cosechas agrícolas. También se cultiva una amplia variedad de otras frutas y hortalizas, arroz, caña de azúcar, tomates, patatas, maiz.
La principal industria ganadera de Egipto es la cría de animales de carga. El ganado 1990 incluía unos 3 millones de cabezas de ganado vacuno, 3 millones de búfalos, 4,4 millones de ovejas, 4,8 millones de cabras, 1,6 millones de asnos, y 40 millones de aves de corral.
Egipto posee importantes yacimientos de petróleo y gas, pero la industria más explotada es el turismo, ya que las pirámides y reliquias de esta civilización milenaria atraen a muchas personas todos los años. Es una de las economías más estables de la región, con un PIB por habitante de 4.274 dólares
La unidad monetaria es la
Billetes en libras: 100, 50, 20, 10, 5 y 1.
Billetes en piastras: 50, 25, 10 y 5.
Monedas en piastras: 10, 5, 1 y 1/2.
Cambio oficial:
1 dólar estadounidense: 5,46 libras egipcias.
1 euro: 8,1 libras egipcias.
Durante los últimos 40 años, el gobierno egipcio ha adoptado estrategias que van de una economía de orden soviético a una economía de mercado, con varias variantes entre ambas, predominando por último las tendencias socialistas moderadas intentado hacer prosperar al país. Hay un sector público fuerte cuya ineficacia intenta combatir el Gobierno.
Las industrias más productivas son textil, fertilizantes y productos de caucho y cemento. Hay algo de industria pesada y varias plantas de ensamblaje de automóviles.
Los socios comerciales principales del país son EE. UU y algunos de los países de la
Egipto llego a tener serios desequilibrios económicos tanto internos como externos: una estructura industrial organizada por Nasser de titularidad pública, sobredimensionada, obsoleta y de muy baja productividad. Un sector agrario rígidamente controlado por el estado con precios intervenidos y deficitarios. Por último, un sector exterior deficitario y basado en las exportaciones de productos energéticos, las remesas de emigrantes, los ingresos del canal de Suez y el turismo, todo ello había sostenido el desarrollo en la década de 1970, pero era sensible al nuevo terrorismo de los integristas islámicos.
Asimismo, el déficit público era prácticamente insostenible y generador de inflación y el país apenas podía hacer frente a la situación surgida tras la explosión de la crisis de la deuda en los años ochenta, que tan seriamente afectó a casi todos los países en vías de desarrollo.
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